La Dimensión Geo-Cultural Frente a La Integración Global

La dimensión geo-cultural frente a la integración global

23/02/13

A medida de experimento, tomé el tiempo esta semana para preguntarle a veinte salvadoreños, de distinto género, edades, formación académica y estratos sociales: para usted, ¿Qué es la globalización?

Las respuestas obtenidas variaron: “negocios”, “tratados de libre comercio”, “información”, e incluso, “internet”. Interesantemente, el cien por ciento relacionó la palabra con una connotación positiva, al creer que el proceso implica oportunidades financieras para el futuro. Me da mucho gusto poder expresar el haber despertado esta semana una actitud más crítica ante tal argumento.

El concepto despuntó en los 90s como un elemento en boga, al relacionarse aún en su interpretación con acciones actuales y motivos económicos. No obstante, la globalización ha estado con nosotros desde la antigüedad en muchas superficies, manifestándose en la proliferación de las civilizaciones, desde el mismo origen y dispersión de la raza humana, tomando en cuenta acciones militares (guerras, conquistas), difusión de lenguas, ideologías y religiones, sistemas de intercambio, transmisión de conocimientos y procesos, entre otros.

Dado que el significado parte de la interdependencia, es provechoso para el análisis mencionar que la evolución de un estado de relaciones que pueden fluctuar, a un globalismo que agrega la interacción compleja de múltiples actores y redes de interdependencia, incluyendo gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales e individuos. En este sentido, un globalismo que aumenta proporcionalmente en el tiempo y no decrece, genera la globalización.

Cabe mencionar que al final de la guerra fría y de la carrera armamentista (Caída del Muro de Berlín, 1989), la globalización pasa a centrarse en la difusión de los valores, medidas, procesos e ideología (capitalista), de la consolidada potencia Hegemónica mundial, Estados Unidos. Ésta centralización fue exitosa no sólo debido al poder e influencia que esta nación representaba, sino por la creación de redes de información desarrolladas en Estados Unidos, que aumentaron la difusión de pensares. La densidad de la información mundial cambió rotundamente la velocidad de la comunicación y transmisión de ideas.

Si bien es cierto, la definición de quienes desde entonces tienen el poder sobre la globalización, conlleva diversos matices. A principios de la década de los 90s, frente a la aceleración de la globalización, los diversos países empezaron a experimentar un paradigma en la administración de sus retos y conflictos territoriales, los cuales se empezaron a mostrar compartidos por otras naciones, generando la disquisición de objetivos “comunes globales” ^[1]. Ante el rápido crecimiento de la globalización y la búsqueda de competitividad mediante las relaciones comerciales internacionales, las políticas económicas domésticas perdieron fuerza. Se crearon organismos regulatorios a nivel global, debido a que las regulaciones territoriales se mostraron insuficientes (Organización Mundial de Comercio, 1º de enero de 1995).