Yoga Sutras Para La Paz

[pic 1][pic 2]

[pic 3]

TECNOLÓGICO DE MONTERREY

Jorge Mario Chávez Padilla A01381105

Ética Persona y Sociedad

Belinda Jiménez Salinas

19 de noviembre de 2015

Yoga Sutras para la Paz

Desde que el hombre social existe ha buscado la manera de convivir en    paz con sus semejantes y propuesto reglas para conseguirlo. Así pues, el propósito de este escrito es demostrar como a través del uso y estudio de algunos de los Sutras de Patanjali se puede alcanzar la paz personal e interpersonal. El ensayo se comprende por tres propuestas. La primera se basa en la identificación de conflictos o sufrimientos para trabajarse de manera apropiada a través de los yoga sutras y comparándolo con una afirmación propuesta por Rogeli Armegol y el placer sin dolor. La segunda, trabaja en prevención de conflictos y como resolverlos a través de los tres filtros de socrates comparados con los yamas y finalmente como estos llevan a quien se utilice a vivir con una moral post-convencional como la propuesta por Kolhberg.

Se dice que “la vida es feliz o dichosa cuando no hay dolor dado que el placer siempre acaba llegando” (Armengol, 2010), pero los yoga Sutras dicen que las aflicciones, como apego al placer y aversión al dolor, son las verdaderas causas de sufrimiento, explica Iyengar en su libro de “Luz sobre los Yoga Sutras”. El habla de la existencia de apegos al placer y aversiones al dolor en áreas físicas, mentales o espirituales. Una situación que Stephen Cope menciona en su libro de “la sabiduría del yoga” es que todos hemos tenido situaciones en la vida en las cuales nos hemos visto absorbidos por estos estados de ansiedad por apego por algo o alguien o aversión a alguna situación o evento. Esto nos lleva a un estado de desequilibrio de la conciencia como se menciona en el Sutra II.3 de Patanjali.  Otra de las aflicciones que menciona Patanjali dentro del mismo Sutra es la ignorancia. Teniendo esto en cuenta, la ansiedad que esta genera crea un estado de desconcierto en quien lo experimenta y provoca una “ceguera” temporal o ignorancia de todas las posibilidades, causas y circunstancias que de otra manera serían fácilmente identificables (Cope, 2006). Es entonces que, al no tener identificado el problema a partir de apegos o aversiones, se tiende a enojos o descontentos con la situación o las personas  involucradas con esta situación. De hecho, Irene Petryszak nos habla que es a partir de la ignorancia de donde nacen las expectativas y que cuando estas no se cumplen tendemos a molestarnos y cuando nos encontramos molestos tendemos a desesperarnos más fácilmente y como consecuente a perder el control de la situación. Cope nos da algunos consejos para descubrir donde se originan estos conflictos y al ser conscientes de ellos trabajarlos. Dice que es necesario aprender a través de la práctica a hilar sin desesperarse la línea que condujo hacia este punto. Ejemplo, si una persona se encuentra en una fila del supermercado y está desesperada porque va tarde al trabajo puede molestarse porque la persona de adelante lleva muchos productos y dirigir su molestia hacia ella. Si se entrena para encontrar el hilo puede evitar enojarse con la persona que va al frente puesto  que esta no tiene que ver con la prisa de la persona.  Buscar entender que el sentimiento es pasajero y que no es permanente una vez que se encuentra el hilo. Si esta persona se molesta pero sabe que no es culpa de quien va delante y comprende que cuando llegue a la caja este sentimiento de ansiedad puede desvanecer es más fácil el manejo de la situación.